La exposición está sembrada, a modo de tótems, de
una decena de Kachinas. Muñecas que provienen de los indios Zufi y Hopi de
Norteamérica, que las realizaban en madera, coloreadas y adornadas con plumas y
accesorios. Literalmente, en hopi, significa “portadora de vida”. Son
“espíritus respetados” de todas las fuerzas invisibles, desconocidas de la
vida. Espíritus de plantas, aves, minerales, difuntos, planetas, estrellas…
Las Kachinas son regalos de vida, magia y misterio,
y Cristina Martínez presenta una serie, con mensajes bien definidos: “Kachina www”,
la reina de la comunicación; “Kachina
Hermes Web”, el mensajero de la reina; “Kachina
El Lluvia”, el que rompe las nubes con su hacha, provocando las tormentas; “Kachina La Lluvia”, atrae las gotas de
agua para sí, protegiéndose espantada de la tormenta con su tocado pararrayos; “Kachina Frailecillo”, atrae la pesca en
los días muy azules; “Kachina Lira”,
atrae a las hembras de cualquier especie de pájaro, imitando el sonido, el
canto de todos ellos, a modo de grabadora/reproductora. Tiene el don de la voz;
“Kachina Tilonorrinco”, es el artista
de los pájaros. Con su particular exposición de tesoros, cristalitos, plumas,
hilos, chapas, caracolas, etc., sobre todo tipo de colores azules, llama la atención
de los hombres, esperando pacientemente que les guste su obra, y si no la
cambia; “Kachina Sideral Thannhauser”,
una de las tres puertas del espacio; “Kachina
sideral Andrómeda”, una de las tres puertas del espacio; “Kachina Sideral Orión”, Una de las tres
puertas del espacio.
Obras realizadas en barro refractario, con engobes
y óxidos, o gres, en el caso de Kachina La Lluvia, también con engobes y óxidos, cocidos a 1270º.
Cristina Martínez presenta una trilogía de
Argonautas, realizada en barro refractario con engobes: “Argonautas a Zahara de
los Atunes”, “Argonautas a Sitges” y “Argonautas a Oltra”. Preciosas obras que
irradian un espíritu mágico, de humor y ternura, en los espacios que su autora
decide conquistar. En la mitología griega, los Argonautas eran héroes que
navegaron con Jasón, desde Págasas hasta la Cólquide, en busca del Vellocino de
Oro.
La exposición se completa con la serie “Bichos
corretones”, como su nombre indica, un bestiario muy especial que desprende
ternura, realizado en barro refractario o gres en reducción o con óxido y
engobes: “Antílope Kerala”, “Oso Hormiguero”, “Unicornio”, “Pájaro Tanios”, “Caracoles”,
“Caballo Gabriel”, “Caballo Lola”, “Caballo Eolo”, etc.
El resultado de la exposición en Pau d'Arara desborda belleza, misterio, magia,
delicadeza, carácter y genialidad. Genialidad inherente al que busca, entregado
a desvelar los secretos y dominar la técnica milenaria de la cerámica, al
tiempo que explora la experiencia en numerosos talleres para niños y para
adultos, compartiendo su maestría.
Texto: Francisco Lara Mora.