jueves, 23 de diciembre de 2004

Exposición MAITE & JUAN VIVANCO. Segovia








PINTURAS DE MAYTE VIVANCO Y ESCULTURAS DE JUAN VIVANCO.


Quizás exista un cierto y leve nexo o correspondencia plástica en cuanto a valoración de materiales, entre estos dos expositores.

Mayte Vivanco es una pintora de arranque expresivo, que en esta exposición cuelga unos cuadros vigorosos y muy matéricos. Es posible que en alguno de estos cuadros tanta acumulación de materia parezca (a este crítico le parece) un tanto gratuita o no justificada. Nos puede preguntar el lector a este respecto: ¿Cuál es la regla o norma por la cual se puede afirmar qeu la incorporación a la superficie de un cuadro de materiales gruesos (también llamada "cocina" o "calidades") es correcta o incorrecta?

Porque vemos obras de artistas renombrados, como los pintores Barceló, Mathieu o Tápies, aceptadas y ensalzadas, que incorporan materias en enormes dosis, (Barceló en sus primeros cuadros playero-mediterráneos, hasta metía chapas de botellines de cerveza). Pienso que no hay tal norma, y que del exceso se deriva una sensación de inautenticiadad: Es como el escritor que abusa de las metáforas, los adjetivos calificativos, las comillas o los puntos suspensivos... No obstante diré también que hay dos cuadros (matéricos) que me gustan: El "Violinista", y una marina en la que aparece una pequeña barca. Y una acuarela apaisada, simple, sincera y pequeña, que tiene equilibrio, y es bonita y agradable.


A Juan Vivanco le ocurre algo parecido con sus raíces-esculturas. Son también expresivas y algunas muy bien intencionadas (la dedicada al horror del 11-M), pero...utiliza demasiadas raíces vegetales, que convierten las esculturas en anécdotas (el lector podrá replicar también: Picasso creó una cabeza de toro solo con un sillín y un manillar de bicicleta de carreras... Ya, pero -argumentaré yo- Picasso no se pasó la vida haciendo esculturas con bicicletas viejas, también sería excesivo y gratuito un escultor que se dedicara a crear objetos y volúmenes a base de cepillos de dientes. 
También diré que la escultura de la bicicleta de madera que presenta me parece interesante y personal. Y por lo tanto auténtica.

Texto: Antonio Madrigal. (EL ADELANTADO DE SEGOVIA, 11/02/2005).