sábado, 20 de diciembre de 2008

Exposición JOAN ABELLÓ. Sitges (Barcelona).


LAS PINTURAS EXPRESIONISTAS DE JOAN ABELLÓ EN LA GALERÍA PAU D`ARARA

La exposición se inaugura el sábado 20 de diciembre y se podrá visitar hasta el día de Reyes. Joan Abelló i Prat nació en Mollet del Vallès (Barcelona) en el año 1922. Hombre discreto y generoso, continúa hoy en día pintando y queriéndonos ofrecer, tela tras tela, un estilo majestuoso que él mismo ha bautizado como "explosivismo", que es también su filosofía de vida.

Nacido en una familia de condición humilde, además de ser un artista de referencia del panorama artístico de nuestro país, Abelló se ha convertido en uno de los más importantes coleccionistas catalanes de arte del siglo XX. Hizo donación al Ayuntamiento de Mollet del Vallès de su fondo de arte, compuesto por varios miles de obras, y creó la Fundación Municipal que inauguró el Museo Joan Abelló en 1999.

Considerado hoy, junto a Joaquín Mir, como uno de los grandes paisajistas que ha dado la pintura catalana, la obra de Joan Abelló tuvo unos orígenes autodidactas en los que pronto se supo guiar por el ejemplo de artistas como Carlos Pellicer, Pere Pruna y el propio Joaquín Mir, pero en este caso sólo a través de sus pinturas. Siempre que ha tenido ocasión ha reconocido la importante influencia que estos tres artistas tuvieron en la evolución inicial de su pintura. Aunque ha querido aprender de todos los estilos y de todos los autores. Como diría Félix Bentz, el mayor estudioso de su obra, "En este camino, Abelló abrió nuevos horizontes y renovó radicalmente el género del paisaje al que, desde la experimentación permanente, ha sabido dotar de una renovada plasticidad, una expresión y un sentimiento radicales e, incluso, cierta extravagancia."

En 1940 hace su primera exposición en Mollet del Vallès. En 1941 estudia en la Academia Baixas y en el Real Círculo Artístico de Barcelona, institución que hoy en día preside. En 1944 fue discípulo del mencionado Pere Pruna, trabajando con él durante dos años en su estudio. Pruna le enseñó la técnica del mural y del grabado. En 1945 expone su obra en Barcelona y aprende restauración en el taller de Miracle. En 1946 empezó a trabajar en el estudio de Carlos Pellicer y estuvo con él durante catorce años.


Abelló ha viajado por todo el mundo y ha trabajado en paises como Holanda, Suiza, Inglaterra, Bélgica, Italia, Francia, Isla de Man, París… En los años sesenta regresa a Mollet, donde se interesa de nuevo por los paisajes del Vallès y del Mediterráneo, pero no abandona los grandes viajes, y a los 70 años empieza una vuelta al mundo que lo conducirá a Marruecos, Egipto, Costa de Marfil, India, Tailandia, Brasil, la Isla de Pascua, como si sus raíces lo empujaran a extender sus ramas hacia todo el universo. En estos viajes se inspira para nuevas creaciones.

Expone en Londres (1969), en París (1979), en Nueva York (1982), en Moscú (2000), etc… En el 2002, recibe el diploma e insignia como académico de la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi (Barcelona). Sus obras están expuestas en numerosos museos alrededor del mundo.

Texto: Francisco    Texto: Francisco Lara Mora.
http://www.museuabello.cat/es/biografia/
Un artista cosmopolita y viajero que mantuvo una estrecha relación con artistas como Picasso y Dalí. Mantiene viva la actitud experimental y la búsqueda de nuevos caminos de expresión plástica que han caracterizado su obra a lo largo de los últimos setenta años.

Las obras seleccionadas dan cuenta del vigor y originalidad de uno de los pintores más emblemáticos de nuestro país, creador incansable que transforma el paisaje en materia pictórica a partir del trazo y el color, y que ha experimentado en su extensa trayectoria los más diversos estilos, movimientos e iconografías del universo pictórico mundial. La obra de Abelló forma parte de las colecciones de galerías, coleccionistas y museos de todo el mundo. Entre sus exposiciones internacionales más importantes, cabe destacar las realizadas en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, el Museo Ashmolium Oxford, Museo Duglas de Isla de Man, Museo del Vaticano de Roma o The Courtauld Collection de Londres. Asimismo Joan Abelló ha sido protagonista en más de veinticinco libros, dedicados en exclusiva a la obra del autor catalán.
En palabras del crítico Ramón Faraldo "llevaba los estigmas del color en el alma del autor", cuyo "pincel emplea como hacha, como llave o como caricia, según se siente humanamente cautivo o humanamente enamorado".


P.S.: Joan Abelló murió el 25 de diciembre de 2008.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Exposición CHICO DA SILVA. Guadalajara

"Lo indígena y lo popular cuando produce
arte es tan contemporáneo como lo más". Kevin Power.

EL DESCUBRIMIENTO

Llegaba a Fortaleza, capital del estado de Ceará, en el Nordeste brasileño, el último día de carnaval de 1995. De camino a mi alojamiento, desde el aeropuerto entonces local, encontramos una comitiva de “Maracatú”- un cortejo, con danzas y música, heredado de los tiempos de la esclavitud que representa el ritual de la coronación de los reyes africanos en tierras brasileñas-, la atmósfera era fascinante y aun hoy me emociona el recuerdo. Por supuesto que no tenía la menor idea de qué era aquello, ni el “bumba meu boi”, “Dragaô do mar”, el “forró”, los “soldados de la borracha”, los “cangaçeiros” o María Bonita. Desde entonces, hasta hoy, Brasil –y especialmente el Nordeste - se convirtió para mi en el único destino fuera de la Unión Europea, no es poco; sus dimensiones equivalen a diecisiete veces el territorio español. Desde el primer momento me llamó la atención que la estética artística dominante en las ciudades era netamente europea o norteamericana, lo que aquí llamamos occidental.

Conocí vida y obra de Chico da Silva en los libros de Roberto Galvâo y tuve sus obras por primera vez en mis manos dos años más tarde, en los días en que organizamos una exposición de obra gráfica del autor español José Rincón en el MAUC de Fortaleza, el Museo de Arte Universidad de Ceará. Pedro Eymar, el director, y propulsor de la ampliación recién terminada, nos mostró en los depósitos del Museo las obras realizadas por Chico en el tiempo que fue contratado por la Universidad, como fórmula para sostener económicamente al artista y que éste pudiese continuar desarrollando su tarea creativa. Fue un auténtico privilegio porque aquellas obras nunca habían sido expuestas públicamente. Quedamos maravillados y desde entonces adquirí el compromiso interno de procurar la difusión de aquel trabajo que, como poco, estimé auténtico y universal, y una buena base sobre la que afianzar la autoestima y reconocer los valores estéticos autóctonos.

Como desgraciadamente sucede en otros países del ex- -Tercer Mundo, en Brasil la distancia entre la ciudadanía, entre ciudadanos de primera y segunda, y las dificultades de pasar del segundo grupo al primero es una de las cuestiones que más me conmueven. Están viviendo un presente distinto del nuestro, si bien, en la actualidad los acontecimientos se precipitan con tal aceleración, que estimo que este orden de cosas no irá más allá de diez o quince años, quizás sólo seis o siete.

En general, visitando las ferias de arte internacionales, y sólo como una apreciación estética, se puede observar como la representación brasileña suele ser blanca, como blancas son las actrices o modelos que aparecen en las portadas de las revistas y blanca ha sido la élite social, política y económica que ha dirigido el país. Y esto justamente en la nación del mestizaje. El arte reproduce las estructuras del poder y frente al concepto de calidad elitista, distante de la sociedad, procede el inicio de un diálogo riguroso que sitúe en el mismo nivel obras y autores procedentes del arte culto, el de masas y el popular, atendiendo a criterios como esencia y finalidad.

MODERNIDAD Y POSMODERNISMO

Uno de los logros de los tiempos posmodernos, en que vivimos, es la apertura del espacio, con múltiples perspectivas para analizar los problemas contemporáneos y observar los errores sobrevenidos en la modernidad. Entiendo por modernidad el período de transformación de la sociedad rural tradicional a la sociedad industrial y urbana moderna; que se produce con la Revolución Industrial, pero que no se da en todos los lugares al mismo tiempo.

Mirando en este caso al continente brasileño, tienen sentido las palabras del investigador argentino, nacionalizado estadounidense, Walter Mignolo, hacia el Tercer Mundo americano: “La colonialidad del poder implicó la colonialidad del saber y contribuyó a desmantelar (a veces con buenas intenciones) los sistemas legales indígenas y también (nunca con buenas intenciones) a desmantelar la filosofía y organización económica indígenas”.

Era un tiempo esencialmente elitista, centrado en el dominio del hombre, que mantenía estructuras del pasado para establecer las jerarquías del poder. Además, en el siglo XX, con la implantación de la televisión se produce una decisiva desculturización de los pueblos cuya cultura se basaba en la tradición oral, produciendo una lamentable desectructuración social.

Hoy la situación está cambiando, recupera valor lo local, no hay una situación tan egocéntrica, somos parte de una situación enormemente compleja e indefinida, y existe una coyuntura más dialogante. Esta coyuntura sumada a la necesidad de recuperar los signos de identidad que permiten a las diferentes comunidades a tomar posiciones en el nuevo escenario mundial, sin la confusión de los signos impuestos, ha llevado a que se tome en valor la obra de artistas populares o indígenas, como es el caso de Chico.


GLOBALIZACIÓN

En realidad se trata de un capitalismo global. Porque, por el momento, únicamente el capital es global y mediante el márketing y la publicidad se pretende la homogeneización de la sociedad. En palabras de Antoni Muntadas (artista barcelonés padre del net.art español que vive y trabaja en Nueva York): “A través de campañas, carteles, radio y televisión, el poder se impone, no por las armas, sino más bien por el sonido y la imagen”. Ciertamente, con el desarrollo tecnológico actual sorprende el uso de la guerra convencional y los diferentes terrorismos. Ambos parecen destinados a generar y difundir imágenes y mensajes con el fin de afectar al cuerpo emocional de las diversas sociedades, confrontando negativamente seguridad y libertad.

Mediante el mecanismo de asimilación se sustituye el consumo diario de cultura popular por la cultura de masas, como forma hegemónica y excluyente. Frente a esta concepción del mundo separado de sus raíces culturales, aparece la aceptación de diferentes mundos con su “historia interna específica, ritmo propio y modo peculiar de existir en el tiempo histórico y en el tiempo subjetivo” (Alfredo Bosi).

“Por otra parte la mezcla consciente o apropiación de elementos de otras culturas, aparece como vía de interculturalidad, como contrapunto de la imposición que persigue la homogenización” (Antonio Gramsci). En definitiva, sin imposiciones puede haber, y hay, aceptación y préstamo de elementos entre diversas culturas, lo que las enriquece mutuamente.

El exceso económico y técnico en EEUU y Europa dificulta el ejercicio del pensamiento crítico, en contraposición del pensamiento único, quedando a cargo de grupos o personas casi marginales o, cuanto menos contraculturales, puesto que las sociedades norteamericana y europea ensalzan la competitividad, la eficiencia y el éxito. De ahí la importancia inusitada que cobra el pensamiento crítico proveniente de las sociedades en vías de desarrollo, como es el caso de Brasil. Chico, artista de generación espontánea, fuera de toda moda o tendencia impuesta desde el exterior, es exponente de esta sociedad brasileña al margen de la cultura de masas.

CHICO DA SILVA. EL NORDESTE

Entiendo que el Nordeste mantiene una dualidad, dos historias, dos culturas vivas, que no comprendemos sin conocer la intra-historia que, pese a la desculturización, aun no se ha borrado.

Uno de los valores del artista Chico da Silva es que su obra es un canal que conecta con la mitología más profunda y él mismo actúa como un chamán que desconoce, o no alcanza a explicar, el origen de su conocimiento.

“Así como los restos humanos y objetos hallados en las entrañas de la tierra nos conducen al conocimiento del tipo físico y de la civilización material del hombre prehistórico, de la misma manera el saber popular, que conserva los restos de sus creencias, nos dará a conocer la mitología y los cultos antiguos y nos ayudará a reconstruir la cultura espiritual de las primeras edades”. Son palabras del investigador José Miguel Barandián, recogidas en el libro “Quousque Tandem…!” del escultor Jorge Oteiza, que ilustran cuál es la intra-historia a la que me he referido.

Me entusiasma en el arte de Chico -un indio que no conoció la Escuela y que aprendió con su padre viajando por los ríos, en contacto con la naturaleza- que es un arte apre-hendido del mundo de la imaginación, el sueño y la alucinación, donde aflora el subconsciente ¿colectivo? Pintando de una manera intuitiva y no reflexiva, plasma, con una estética surrealista, paisajes alucinantes llenos de animales, bichos y monstruos; creando escenas mágicas. Su arte persigue enriquecer la sensibilidad de todos para elevar su comunidad a un estadio superior.

Teniendo en cuenta que muchas de las tradiciones que conservan las comunidades mas humildes del Nordeste son de procedencia ibérica, “literatura del cordel” (poesía y xilografía), “Bumba meu boi” (danza teatralizada y espontánea), “laberinto de bilro” (encaje de bolillos) y otras técnicas textiles, etc., teniendo en cuenta el pasado común -Vicente Pinzón fue el primer navegante europeo que recorrió las costas del Nordeste, antes de que Cabral descubriese la costa de Brasil, el Brasil “Filipino” en el tiempo del Imperio de Felipe II- y la gran presencia que en la actualidad tiene España en Latinoamérica, existen las condiciones para la creación de un puente intercultural que facilite el intercambio, sin imposiciones, sin dominio y poniendo en valor el diálogo. El acercamiento está presente tanto en las formas culturales como en las lingüísticas.

JOAN PONÇ

El alter ego de Chico da Silva en Cataluña sería Joan Ponç. Uno de los pintores catalanes más importantes del siglo XX con el que tiene múltiples coincidencias, tanto en vida como en obra.

Joan Ponç, como Chico, están pendientes de un auténtico reconocimiento, que profundice en el estudio y divulgación de sus respectivas obras. Incluso de ocupar el lugar que les corresponde como referencias populares en sus respectivos ámbitos.

Ambos tuvieron vidas paralelas y fallecieron en los años ochenta, en ciertos períodos experimentaron con temas similares, fruto de la intuición y la psicodelia; generaron una escuela y disfrutaron de discípulos con los que experimentaron profesionalmente. Pasaron temporadas recluidos en sanatorios mentales, enfrentaron periodos prolongados de dificultades económicas, e incluso Ponç vivió diez años en Brasil. Crearon sin dejarse llevar por los patrones estéticos establecidos y compartieron la convicción de que “el arte no es disciplina, sino libertad” (Arnau Puig).


CONDICIONES PARA UNA REVOLUCIÓN CULTURAL

Es tiempo de que reaccione el Nordeste, con su propio estilo, apreciando sus propios valores y abandonando el complejo de inferioridad creadora, frente al sur más industrializado, urbano y moderno.

El arte -como punta de lanza- es la herramienta adecuada, en sus diferentes representaciones (plástica, artesanía, cine, danza, música, teatro…) para generar una fuerte explosión creativa, proponer y definir nuevas relaciones socio-económicas, espirituales y humanas, así como para contar cómo todo esto acontece.

El Ayuntamiento de Sitges, villa costera como Fortaleza, ha tenido la sensibilidad y generosidad de acoger y patrocinar esta inusual exposición de la obra de este espléndido personaje y artista. Obra original por naturaleza que sintoniza por igual con el arte precolombino y con un arte tan contemporáneo como el de Joan Ponç.

Sitges, ciudad de artistas desde hace más de cien años, es ejemplo vivo de cómo el arte –y la generosidad de los artistas- puede ser protagonista de una enorme transformación económica, salvando importantes valores estéticos. Aquí he soñado que Ponç y Chico beben cachaça frente al fuego, junto a una ventana que da al mar. Ponç pregunta: “¿los monstruos existen?”, Chico responde: “¡Claro! Yo los he visto en el cine”. Y descubro en las pinturas de Chico los mapas del tesoro que guarda, durante siglos, la mayor riqueza aun sin expoliar: humanidad.

Texto: Francisco Lara Mora.


viernes, 25 de julio de 2008

Exposición DAVID RODRÍGUEZ. Sitges (Barcelona)


 RODRÍGUEZ EXPONE SUS EXCEPCIONALES RETRATOS EXPRESIONISTAS EN PAU D`ARARA.

Hasta el próximo quince de agosto se puede visitar la muestra del joven artista catalán, nacido en 1973. David Rodríguez expone en la galería de la calle Major-9 una serie de retratos de gran formato, realizados con acrílicos sobre tela. Se trata de imágenes expresionistas realizadas en blanco y negro con una variada gama de grises.

Los rostros de David R. representan un interesante estudio sobre el paisaje exterior, que va tomando forma con los años y las experiencias, conformando una variada orografía que nos abre al paisaje interior, lo menos explorado, lo más inquietante y de alguna manera las claves del espíritu que se hayan tras la imagen exterior de las personas.

Las obras, de una envergadura aproximada a los dos metros, nacen de unos estudios previos que el autor realiza con carboncillo sobre papel, que posteriormente plasma sobre el lienzo en sesiones que nunca exceden de un par de horas por pieza.

En sus trabajos previos a los que ahora presenta en Sitges, el artista, realizó una interesante serie de autorretratos; que le han proporcionado la soltura que ahora muestra en Sitges, donde expone por primera vez. Su obra muestra una interesante afinidad y proximidad con la del artista jienense Santiago Ydañez, en la actualidad afincado en Berlín.

David Rodríguez vive y trabaja en Sabadell, donde comparte estudio –una nave industrial- con un grupo de artistas de la localidad. En su biografía destaca la selección en la bienal "Mollet Art 2005", concurriendo en la posterior exposición en el Museo Joan Abelló de Mollet del Vallés (Barcelona), y su participación en la Feria Internacional ART MIAMI 2006, compartiendo espacio con el artista norteamericano Matt Lamb, el cubano José Manuel Fors, el chileno afincado en Sitges Nicolás Cabrera y la escultora catalana Elisa Arimany.

Esta primera exposición de David Rodríguez en Sitges es una buena ocasión para contemplar los inquietantes rostros. Algunos salidos de filmes tan legendarios como el El Acorazado Potemkin ( Dr. Mabuse).

Texto: Francisco Lara Mora.

jueves, 5 de junio de 2008

Exposición ANNA-BCN. Sitges (Barcelona)








LAS JOYAS DE ANNA GONZÁLEZ Y Mª JOSEP FORCADELL EN PAU D`ARARA

En el ánimo de acoger propuestas artísticas originales, sin excluir ninguna disciplina, la Galería de artes aplicadas Pau d`Arara presenta una muestra de las últimas piezas de joyería realizadas por Anna González y Mª Josep Forcadell.

Asistimos en los últimos tiempos a una cierta deshumanización del mercado de piezas artesanales, destinadas generalmente al regalo, complementos personales o la decoración. Digo deshumanización por el terreno que día a día gana el anonimato de los autores y la implantación despiadada de las marcas, más o menos multinacionales, frente a las obras de autor.

Cuando en otro orden de cosas oigo hablar de comercio justo, siempre encuentro contradictorio que las obras comercializadas sean absolutamente anónimas, si acaso apuntando la localidad donde estos productos han sido manufacturados, como mucho.

No conozco comercio más justo que el de las obras de autor. Estas tienen la mayor garantía que uno pueda pretender. Por una parte son portadoras de las técnicas, el oficio y la evolución estética de los signos de identidad de cada pueblo, enriquecidas por las relaciones con el entorno y siempre tienen detrás una persona responsable de su ejecución . En muchos casos, sin duda, las obras de autor transmiten incluso los sentimientos y detalles de belleza y superación con que han sido realizados. Sutilezas imposibles en una cadena de montaje o en la manufactura masiva.

En un momento de nuestra sociedad donde la uniformidad se apropia de los mercados, las personas deciden consumir marcas, cuya estética es impuesta por las campañas de marketing, frente a las piezas de autor mucho más personales y exclusivas. Así, a nadie se le escapa la invasión de osos que sufrimos de un tiempo a esta parte o de relojes que pretenden que nos parezcamos a estrellas de la canción fichadas por discográficas multinacionales, que además les imponen la dirección artística a seguir, coartando la libertad creadora de los intérpretes: “no es lo que tengo, es lo que soy” y todo eso… Anna González y Mª Josep Forcadell, se enfrentan a la realidad del mercado actual como marca, bajo el nombre annabcn.

Durante el mes de junio en Pau d`Arara, annabcn, presenta la colección No ho hagués dit mai! que incluye la línea para hombres Les joies del Quico. En esta ocasión, dejan atrás el mar para adentrarse en los bosques mediterráneos. “ Fiel a la provocación de los sentidos; si la colección Frutos (2005) sedujo la vista por su eclosión de color y luminosidad, y la colección Deep Sea (2006) persuadió al tacto por medio de las texturas, la nueva colección estimula en nuestra memoria el olor a hierba mojada. Nos transporta a un mundo de cuento de hadas a través de los textiles utilizados, la sensibilidad en el tratamiento de los elementos naturales y la delicada selección del “objeto encontrado”. Botones viejos decorados con entrañables personajes de nuestra infancia protagonizan algunas de las piezas, el resto invadido de semillas, hojas y flores en su aspecto más silvestre unidas a cálidos tejidos o piedras de color, conforman un homenaje a la vida y al renacimiento. Como no podía ser de otra manera, No hagués dit mai! establece una armonía entre el mar y la tierra uniendo en comunión turquesas y coral a los frutos del campo. Hojas de olivo, eucaliptus o tilo…, corazones de carlinas, romero, amapolas o beleños…, así como partes del fruto del ciprés se entremezclan para acercarnos a los simbolismos del mediterráneo. El color azul de las turquesas recuerda el cielo y el mar, el coral la pasión y la protección, el olivo es símbolo de paz, el tilo de tranquilidad… En definitiva, joyas que transmiten bienestar”. Comentan las autoras acerca de sus últimos trabajos.

Las joyas que las artistas presentan bajo el marchamo annabcn se encuadran dentro de lo que conocemos como Joyas de Autor y Nueva Joyería; donde se aporta reconocimiento, trascendencia o prestigio a materiales orgánicos que, ya muertos, se transforman mágicamente en joyas metafísicas; botones fuera de uso que se convierten en el centro estructural de bellas joyas o piedras preciosas y perlas naturales que se presentan montadas sobre materiales humildes como cuero o hilados textiles.

Estos trabajos se pueden contemplar en la sede sitgetana de Pau d`Arara, enclavada en la calle Major-9, hasta final del presente mes de junio.

Texto: Francisco Lara Mora.

sábado, 10 de mayo de 2008

Exposición MANUEL CUSACHS. Sitges



















ESCULTURAS DE MANUEL CUSACHS EN PAU D`ARARA

Este artista catalán, nacido en Mataró en 1933, se inició de forma autodidacta en la escultura de madera a la edad de catorce años y expuso públicamente al año siguiente. En años sucesivos aprendió la técnica de la escultura de la piedra con los maestros de las canteras de Órrius, donde hoy día tiene su taller. Su primera exposición individual llegará en 1962 y desde el año siguiente realiza esculturas de grandes dimensiones, lo que será una constante en su obra.

En 1951 Cusachs conoció al escultor Josep Clará (1878-1958), que a su vez había conocido a Auguste Rodin (1840-1917) en París. Veinte años más tarde fue becado por la Fundación de Arte Castellblanch para realizar un curso en Perugia y expuso en el Palacio de la Vaccara. Desde entonces entra en el mundo de la fundición a la cera perdida en el taller de Manuel Parellada de Barcelona, donde sigue fundiendo sus esculturas. Su obra guarda cierta influencia o paralelismo con la del suizo Augusto Giacometti (1901-1966) y el escultor de El Vendrell Apel-les Fenosa (1899-1988).A grandes rasgos, este es el recorrido del escultor de los cuerpos físicos; pero paralelamente se desarrolla el artista que siente y reflexiona, descubriendo la importancia de dotar a su trabajo con un aporte psíquico y emocional que Cusachs, excelente contertulio, enriquece con su relación con importantes escritores catalanes del siglo XX, a destacar Joseph Pla, Salvador Espriu, Martí i Pol , Joan Fuster o Luís Racionero, entre otros muchos.

Se trata de la primera ocasión en que el artista presenta sus obras en Sitges. Cusachs expone en la Galería Pau d´Arara varios grupos temáticos, de esculturas de bronce. Por un lado, La Sardana, La catalanitat i Europa, La gent de la terra, Sant Jordi, La montaña y el río, El fuego verde y Les mans, pertenecientes a “D'una terra blava”, que tienen un carácter simbólico.Realmente suponen la continuación de las 12 esculturas que realizó bajo el título 12 ensenyes de Catalunya, de la que se expone Las cuatre croniques. En ambos casos Manuel Cusachs acometió el difícil reto de simbolizar las más entrañables características del pueblo catalán: la tierra, la mar, la gente, el país, las tradiciones...

De otro lado, Cusachs descubrió con la lectura de El caminant i el mur, en 1979, que Salvador Espriu, como diría José María Castellet, había tenido la capacidad de sintetizar parte de la herencia mítica de la humanidad: el Libro de los Muertos, del Antiguo Egipto, la Bíblia, la tradición mística judía y la mitología griega. A partir de entonces mantuvo largos encuentros con el poeta, le propuso dar forma, como esculturas, a las imágenes plásticas que los poemas le sugerían y le fue mostrando bocetos y dibujos. Espriu ilusionado con la iniciativa animó a Cusachs “Afanyi`s!”; y el artista realizó treinta y seis esculturas más el busto del poeta.

En homenaje a la tierra y la cultura –etimológicamente cultivo y crianza- Cusachs presenta cinco esculturas pertenecientes a la serie “Ceps”- Barbollex, El Sol, La Lluvia, El Cep, Ceps en Zel- realizadas en una textura cargada de significado.

La exposición se completa con tres esculturas de la serie Petit Format - Desnudos al sol, Noie dels cels y Torç en negre- y tres de la serie Signes del no-res, representando tres parejas – hombre/mujer, hombre-hombre y mujer/mujer- la última experiencia del artista, originales realizados directamente en cera para realizar el vaciado a la cera perdida.

Este importante artista catalán ha expuesto en Boston, París, Estrasburgo o Roma y cuenta con obras en la Sagrada Familia (San Joseph de Calssanç y Sant Ignasi de Loyola) en el Monastrio de Montserrat (L`abad Oliba y La Visitació) o el Pati dels Tarongers de la Generalitat de Catalunya (Flocs de ribot) y ha realizado docenas de monumentos públicos (Puig i Calafalch, José Pla, Sant Ignasi Caminant, Juli Cèsar…)

La exposición de esculturas de Manuel Cusachs se puede contemplar hasta el 20 de junio, y después en el fondo permanente, en la calle Major-9 de nuestra ciudad, la sede de Pau d`Arara en Sitges.

Texto: Francisco Lara Mora.

domingo, 30 de marzo de 2008

Exposición CONXITA OLIVER. Madrid








CONXITA OLIVER (Barcelona 1923), EN EL AULA CULTURAL DE LAS VENTAS – MADRID

El Aula Cultural de la Plaza de toros Monumental de Las Ventas, en su Sala Antonio Bienvenida, inaugura el próximo domingo, día 30 de marzo a las 12,00 horas, y hasta el 15 de abril, la exposición de óleos de la artista catalana Conxita Oliver.

Como parte de un proceso intenso y significativo de difusión del arte y la cultura de nuestros días, Sleuwen Bentz Fine Art y Pau d`Arara trabajan en función de promover la obra de artistas españoles y latinoamericanos que cuentan con una sólida trayectoria, pero para los que también resulta importante una mayor internacionalización y difusión de su trabajo.

Por este motivo, nos gustaria presentar a la ya consagrada artista catalana Conxita Oliver en Madrid, para poder ofrecer a coleccionistas y público en general la oportunidad de conocer y adquirir la obra reciente de esta artista de densa trayectória.

En el año 2007 se le ha concedido a Conxita Oliver la medalla de oro del Real Círculo Artístico de Barcelona, entre otros insignes premios como el Diploma del Europa Museum de Schengen (Luxemburgo), además de ser la artista invitada para exponer en la sede de este Museo cuna de la nueva Europa; Tambien se le concedió el diploma y medalla al mérito artístico por la AEFE (Asociación española de fomento europeo), además de celebrar una exposición antológica en su ciudad natal, Barcelona.

Conxita Oliver i Durán es hija del pintor y grabador de vídrio artístico Joan Oliver Sardá y de la profesora de piano Mercedes Durán Fábrega, así como sobrina del paisajista Ricard Durán Altamira. Paralelamente a su actividad creadora ejerció como copista del Museo del Prado en Madrid y el Museo de Arte Moderno de Barcelona, y restauradora de obras de arte. En la actualidad se dedica exclusivamente a la creación pictórica.

Texto: Francisco Lara Mora (comisario).

martes, 11 de marzo de 2008

Exposición CHICO DA SILVA. Barcelona









CUANDO EL IMPULSO Y LA CREACIÓN COINCIDEN

Chico da Silva cuya vida transcurre entre 1910/1923 y 1985 en medio de las leyendas y las realidades de las zonas sur amazónicas del Brasil, en una de cuyas lindes con el mar se halla la océano atlántica Fortaleza – que acabó dando nombre de ciudad al lugar -, nacida de la voluntad de Felipe II cuando, como se decía, en sus reinos nunca se ponía el sol, tierras, empero, que debían ser militarmente salvaguardadas de las curiosidades de los burgueses holandeses, o de las ansias expansivas de los poderes de otras procedencias, en esas geografías, con todo lo que ello supone de realidad natural y de ingerencia humana a base de aniquilaciones de población y de inmigraciones provocadas y forzadas, en esos lugares aparece un nativo que siente la necesidad de expresar, plasmándolas en imágenes con formas y colores, sus vivencias: es Chico da Silva. 

Si tenemos noticias de él es porque hubo alguien, un curioso foráneo, Jean-Pierre Chabloz, que viendo lo que dibujaba y pintaba aquel indígena creyó que valía la pena dar a conocer sus figuraciones formales a los llamados centros de alta cultura por lo que de interés etnológico y antropológico pudieran contener, pero también porque en la cultura occidental se ha dado en considerar arte lo que en otras zonas de concentración u organización humana no es nada más que expresión de no sabemos exactamente de qué tipo, si vivencial, de asentamiento y conocimiento en un territorio, o se trata de una información espiritual que pueda convenir a otros semejantes para que estén al tanto de las circunstancias y puedan prevenir o defenderse de lo que les pueda acechar, pero que desde una perspectiva estrictamente estética – expresión sensible – puede ser considerado arte: un mundo de formas que tienen suficiente autonomía para ser tomadas fuera de su contexto y percibidas como simple complejo formal de líneas y colores según una cierta combinación, sin más, y que se agota con su presencia y realidad plástica.

Creo que en lo que acabo de relatar está emplazado todo el contenido de las maravillosas y extrañas formas que – conducido y fomentado de la mano de Chabloz – realizó, durante los años en que estuvo en condiciones para ello, Chico da Silva. Se trata de una flora y de una fauna que podrían perfectamente pertenecer a una zoomorfología y a una botánica delirante que nace del imaginario de su creador, pero que también tiene su génesis en lo que la realidad ofrece y las historias que le han contado al activista artista – aquel que con sus manos y con lo que tiene derredor suyo es capaz de elaborar formas para lo que no las tiene definidas - impulsan y provocan al que se siente creador de mundos que no se ven pero que se sienten en lo más profundo de la intimidad.

Chico da Silva en una cultura racionalista de tipo occidental sería considerado un artista magicista porque las formas no provienen de la copia de lo que objetivamente le entorna sino de un impulso interior incontrolado que, no obstante, la sociedad sabe que nace de un incómodo asentamiento ante la realidad social, de una especial condición fisiológica del afectado o de ambas cosas a la vez. Pero en una sociedad natural, primaria, con todos los avatares históricos que sin embargo ello implica aun en la actualidad, en este tipo de entorno provocador de formas, el artista, el creador, en este caso Chico da Silva, cuando dibuja, pinta, se expresa, lo que transfiere en los planos al alcance de su entorno es lo que él cree entrever, sabe con que se topa cuando vive, se enfrenta, cuando medita o confabula para emplazarse en la realidad. Hemos de decir, pues, que se trata de una expresión natural, sincera, manifestada espontáneamente; y así es percibida, sin los mecanismos psicológicos o de defensa con los que pueda actuar su actor, Y así es considerada obra de arte. La cultura occidental en todos los tiempos ha dado muy buenos ejemplos de artistas y de obras de arte que han aparecido y se han manifestado en estas circunstancias de creatividad. No vamos a considerar indigenista la creación de alguien que procede según los condicionantes de la creatividad de todos los tiempos y de todas las latitudes simplemente porque tengan sus obras una génesis fuera de los contextos establecidos y aceptados.

Una reflexión final que me ha proporcionado la visión en directo de un buen número de obras de Chico da Silva es que me ha ayudado para una cuestión que si bien no es trascendental para la actualidad vital sí que lo puede ser para un saber cultural falsamente enfocado y orientado: el que se refiere al tronco único de la génesis del hombre en la tierra. No es preciso que todos provengamos de una única pareja inicial, que haya un solo origen para toda la especie humana. Chico da Silva me ha provocado la sensación que en cualquier parte del mundo, en las circunstancias más variadas puede aparecer el hecho sensible humano y, consecuencia de ello, a partir de una manera consciente de encontrarse en el mundo empezar a aportar las respuestas formales que nos permitan conocerlo según nos parece o se nos antoja.

La humanidad ha aparecido en muchas partes del mundo y en cada una de ellas se ha desarrollado según las circunstancias en las que se hallaba y en función y relación con lo que fuere su entorno. La fauna y la flora que ha elaborado mágicamente Chico da Silva es la prueba que el ser humano vive profundamente su entorno, su circunstancia, lo que sabe de ello y lo que le han contado y, a partir de todo ello elabora la forma de posesionarse de la realidad. En determinadas circunstancias esas formas elaboradas pueden ser consideradas obras de arte, en otras circunstancias son la expresión de los afectos y de los temores del entorno para con quien está en contacto con la realidad insoslayable de la naturaleza y, en la actualidad, de las culturas tecnificadas.

Muchas gracias Chico da Silva; aprenderemos mucho de tus ingeniosas, ricas y formalmente suculentas obras. Merecen ser estudiadas con detalle y profundidad. 

Texto: Arnau Puig. Filósofo y crítico de arte (en la fotografía superior).

sábado, 2 de febrero de 2008

Exposición EL RENÉIXER, Chico da Silva. Sitges
























CHICO DA SILVA: EL RENACER
Sitges (Barcelona).

Chico da Silva nació en Alto Tejo, en el estado de Acre (Brasil), en 1910 según su documento de identidad; 1914 o 1916, según me informó en entrevistas; o 1922 o 1923, por deducción del investigador Estrigas; lo cierto es que no se sabe ciertamente, porque como dice el artista franco-suizo Jean Pierre Chabloz, su descubridor: “en tema de edad, es imposible cualquier precisión relativo a esos felices pájaros errantes, que la mayoría de las veces, ni están inscritos en el registro civil. Y no se pierden nada por eso”.

Aun niño se trasladó a la tierra natal de su madre, pasando a vivir en la ciudad de Quixadá, tierra de paisaje exótico marcada por la aparición de montañas de granitos. Posteriormente, se trasladó a la Sierra de Guaramiranga, lugar de vegetación exuberante y una de las pocas zonas donde se ha conservado el bosque atlántico, vegetación encontrada por los europeos cuando llegaron a Brasil, y ya adulto, probablemente en 1937, pasa a residir en Fortaleza, en la playa de Formosa, donde se inicia en la pintura, sobre los muros de las casuchas del lugar. 

En manos de Chabloz, sus obras recorrieron el mundo. Fueron expuestas en importantes ciudades europeas, despertando buenas impresiones en la crítica internacional. La revista Caiher D`Art, de París, le dedicó, a mediados del siglo pasado, un reportaje de ocho páginas. Y, algunos años después, es agraciado con la “Mención de Honor” en la Bienal Internacional de Venecia de 1966.

Considerado por la crítica especializada el pintor primitivista más importante de Brasil, aunque sin el debido reconocimiento del mercado del arte, consiguió en vida que su obra tuviese una gran popularidad.

Fallecido el 5 de diciembre de 1985, su obra continúa reverberando y encantando a todos los que tienen la oportunidad de conocerla. Un ejemplo de lo que hablamos es esta muestra. Es de fuerte poder simbólico, más de veinte años después de su muerte, Chico continúa recibiendo homenajes, un artista popular, sin el debido reconocimiento de la gran burguesía brasileña. Demuestra este acto que, con el pasar del tiempo, su arte y su espontánea manera de ser no fueron y no serán olvidados. Chico continua siendo un artista del pueblo. 

LOS PRIMEROS CONTACTOS.

Cuenta Chabloz en el artículo “Un Indio Brasileño Reinventa la Pintura”, publicado en la revista francesa Cahier d´Arte, en 1952, que fue emocionante conocer a Chico, en 1943. Para un suizo, de formación académica, aquella manifestación artística era una verdadera reinvención de la pintura: “Partiendo del arcaísmo más puro, el pintor de la playa se vuelve clásico, barroco, impresionista, en fin, moderno y hasta surrealista, si puedo usar tales términos a propósito de un arte tan espontáneo y que siempre permaneció esencialmente primitivista, a pesar de las oscilaciones”.

“Leyendas amazónicas, recuerdos de infancia, ritos y prácticas mágicas, espectáculos naturales llevados a la fantasía poética, complejos psíquicos y raciales exteriorizados a través de símbolos, volutas de líneas gratuitas, de movimientos, de colores”, forman según Chabloz, “ el fondo extraordinariamente rico y sutil” del universo de Chico.

Del gran esfuerzo desarrollado por el artista suizo para divulgar al artista de playa sólo se plasma el carácter indígena y amazónico, y se olvida el resto del exótico universo imaginario de Chico. En esa reducción se embarcan casi todos los críticos que hablaban sobre la obra del extraordinario pintor brasileño. El propio Chico, entretanto, era categórico al destacar, por lo menos a nivel consciente, el origen amazónico de sus temas: “Esos mundos que yo pinto no son recuerdos de cuando era niño, no, eso se llama imaginación, ciencias ocultas, astronomía...cuando era pequeño, no había nada de eso, vivía en los ríos, de arriba para abajo, con mi padre”.

Hoy, con la perspectiva del tiempo, se puede percibir que su universo personal ya estaba instalado en sus trabajos iniciales. Los temas son recurrentes, el modo de componer la ocupación espacial de las figuras, las mismas aves. Bichos y símbolos; troncos, árboles y cabezas decapitadas. Y de modo menos explícito, ya se puede percibir el sentido de construir la pincelada que se convertiría en la característica de su pintura.

Podemos concluir que, desde los años cuarenta, la obra de Chico ya posee una carga poética que trasciende los recuerdos de Alto Tejo, las fábulas amazónicas, las propias fantasías del artista. Verdaderamente, la obra de Chico es una amalgama de mitologías, sueños, y recuerdos de una Amazonia distante, con signos, colores y códigos de un Nordeste vivido, sufrido y presente. Y, sumado a todo eso, los conflictos y las angustias de orfandad, del gran viaje, de la mudanza de la exuberante Amazonia al árido Quixadá y la casi marginalidad.

EL REINICIO.

En 1948, con el regreso de Chabloz a Europa, Chico abandona las actividades artísticas, retomándolas en 1959 con el regreso de su protector a Fortaleza. Ese vacío es tan significativo que algunos de los dedicados al estudio de la vida de Chico, llegan a creer que él se inició en la pintura a partir de los años sesenta del siglo XX.

Chabloz, a comienzos de 1960, presenta a Chico al entonces Rector de la Universidad Federal de Ceará, Antonio Martins Filho, relatándole el éxito de sus exposiciones y la magnífica acogida que las obras del artista tuvieron en Europa. La Universidad contrata al artista, destinándolo al Museo de Arte, en implantación.

En la Universidad, respaldado por las noticias del éxito de las muestras realizadas en Lisboa y Lausanne, por el reconocimiento del valor de su trabajo por los críticos europeos y por el propio refrendo de la Universidad acogiendo sus cuadros, fue como el arte de Chico se convirtió en una verdad aceptada colectivamente. Como no había seguido los trámites normales para la obtención del conocimiento, y como su sabiduría era importante, Chico era visto, más o menos como un “iluminado”.

Iluminado era su arte. Aunque apartado por más de diez años de los pinceles, el pintor de playa, ahora en el Museo, mantiene la luz de su arte. El estilo es inconfundible. El universo temático mantiene la misma originalidad y la técnica permanece profundamente variada y el colorido misteriosamente personal. Las composiciones continúan perturbadoras. Renacen los peces y pájaros fantásticos.

LA ESCUELA DEL PIRAMBÚ.

Por medio del contacto con intelectuales, escritores, músicos, críticos y coleccionistas, el humilde pintor de playa fue tomando conciencia de la importancia que daban a su trabajo y a su persona. Fue, en cierto modo, un choque cultural.

Como artista, estaba entrando en contacto con otro mundo, que no era el suyo, teniendo acceso a personas de formación cultural totalmente distinta de la suya: autoridades, extranjeros, “socialites”, capitalistas y toda una gama de personajes que no existían para él hasta entonces.

Aparecieron nuevos valores, valores totalmente distintos de los suyos. Y, aunque le fuese permitido traspasar el nuevo mundo que se le presentaba, existían dos mundos, de forma profundamente definida, distintos y contradictorios: uno, el lugar donde vivía, su Pirambú, marcado por la pobreza, el analfabetismo y la marginalidad; el otro, el barrio burgués de Aldeota, lugar donde residían los “doctores” ricos y poderosos.

En Aldeota, el mundo de los que compraban su trabajo, es altamente valorada la personalidad individual, los valores éticos están rigurosamente establecidos y formalmente defendidos hasta las últimas consecuencias, aunque de espaldas, no siempre practicados. En ese mundo el papel social se define a partir de títulos o del poder del capital y los conceptos de trabajo, conocimiento y arte son conceptos rígidos y aislados. 

Otro problema que el artista tuvo que enfrentar fue la manera de hablar y de comportarse las élites. Los símbolos eran otros. En un proceso de superación de las dificultades de comunicación social que afrontaba, Chico crea un lenguaje imitando el lenguaje de las élites, por entonces, sin entender el significado real de las palabras. Inventa nuevas palabras para traducir su mundo a la clientela que deseaba adquirir sus obras, estableciendo, a partir de ahí, una manera propia de hablar y un comportamiento exótico, volviéndose su modo de hablar y de actuar sin sentido, siendo, entretanto, entendido como fantástico.

Muchos de los malentendidos que se establecieron en torno a Chico comienzan así. Él, osaría hasta afirmar que, muy probablemente, vienen de su incomprensión de la malla estructural de la cultura en la cual fue forzosamente insertado, gran parte de los problemas existenciales del hombre Chico da Silva. Era imposible para él entender la estructura de la sociedad burguesa y capitalista, tanto como para sus admiradores comprender el comportamiento del indio que pintaba “baleonça” (animales mezclados).

El esfuerzo de Chico para adaptarse al mundo burgués, creo que así podemos denominar el mundo de la clientela de de Chico, provoca cambios profundos en su ser y en su trabajo, rompe ritos y tabúes y, como no podría dejar de ser, es draconianamente castigado. El mismo Chabloz va a los periódicos a afirmar que los trabajos del pintor que descubriera “estaban toscos, marchitos y adoptaban un aire de publicidad barata”, que eran “bellísimas porquerías para deleitar a los ricos que no entienden de arte”.

Lo que pocos percibieron, Chabloz tampoco, es que hubo un cambio en el conjunto del universo existencial de Chico que le llevó a la creación de un taller donde la creación y la producción colectiva era el proceso empleado. Chico asumió la función de maestro, maestro de una corporación de jóvenes artistas. Con la instalación del taller, la obra de Chico, obviamente, pierde identidad y gana nuevas características en la manera de pintar.

Se procesa la aparición de nuevos temas desarrollados a partir del universo pictórico-temático del propio Chico, donde se siente la participación de los discípulos. Uno de ellos, Claudionor, desarrolló un universo de tipos fijo, de diseño definido, con características específicas y nombre propio. Otro, Iván de Assís agregó al imaginario de Chico una serie de nuevos elementos, animales alados, probablemente captados de las inmersiones en su propio inconsciente y las pantallas de los cines con películas Hollywoodianas de temas mitológicos o greco-romanos.

El público también participó de las composición de los temas, solicitando gallos similares a los de Aldemir Martins, artista de gran éxito en la época. Iván satisfizo al público, se apropió de un gallo encontrado como ilustración de la cubierta de un cuaderno de dibujo escolar y compuso “la pelea de gallos”, que inmediatamente fue incorporada al prototipo creado por Claudionor. Éste, según las informaciones obtenidas por el investigador Estrigas, se apropió del cocodrilo, logotipo de Queronzene Jacaré, y a partir de sus formas creó dragones.

A pesar de que Chico pretendía tener un cierto dominio sobre la factura, la manera de pintar de casi todos los pintores que hicieron la Escuela de Pirambú, ésta sufrió una marcada influencia de la pintura de otro de sus discípulos, Babá. No es que existiese una preocupación consciente de pintar a la manera de Babá, simplemente su pintura era atrayente por las armonías cromáticas, transformándose en el patrón técnico de aplicar la tinta y los colores que era comprendido. Y así diversas personas, de un modo u otro, contribuyeron a la construcción de la manera de pintar que, comúnmente, conocemos como el estilo de pintar de Chico da Silva.

David Silberstein, científico político de la Universidad de Yale (EEUU), fue el que mejor comprendió el universo temático de la Escuela de Pirambú, cuando afirma: “Basados en la pintura primitivista de Francisco Domingos da Silva (Chico da Silva), los trabajos de los artistas del Pirambú son interpretaciones decorativas y populares de criaturas de la vida real o mítica que surgen de, la a veces juguetona, a veces atormentada, imaginación de su creador, que pasó la infancia en algún lugar de la cuenca del Río Amazonas de Brasil. Las escenas configuradas en esas pinturas, mezclaban elementos tanto de la naturaleza mítica y humana del Amazonas, como también, incorporan elementos cogidos de otras partes de Brasil, especialmente del Nordeste”. Y concluye: “La lucha por sobrevivir es un tema constante y presente. Los sentimientos de los pintores sobre esta lucha son frecuentemente dirigidos con fuerza, sutileza, y hasta, confusamente, por la manera de usar el color. 

El Arte de la Escuela de Pirambú no respetaba los métodos convencionales de creación artística establecidos en la provincia. Estaba más ligada a las culturas de base que a valores de origen europeo. Por primera vez el patrón artístico no era importado. No era Leonardo, ni Rafael, ni Renoir, ni Picasso, era Francisco Domingos da Silva, o Chico da Silva.

LA VUELTA A LA INDIVIDUALIDAD.

En la segunda mitad de la década de los setenta, por culpa del acoholismo Chico se aparta más y más de la pintura. Solamente vuelve a convivir con lápices y pinceles cuando es internado en el Hospital de las Clínicas y en la Casa de Salud Antonio de Pádua en 1976 y 1877.

Al salir de la Casa de Salud casi desintoxicado, Chico retomó el trabajo individual y en esos trabajos se puede ver el renacimiento de un universo pictórico que siempre estuvo en su inconsciente. Nuevamente brotan imágenes de animales y plantas, o fusiones del mundo animal con el mundo vegetal, las figuraciones del imaginario amazónico tratadas de modo profundamente original y con, nuevamente, una fuerza intuitiva impresionante.

Aliado de ese mundo mítico Chico incorpora imágenes que fueron incluídas en su universo por los discípulos de la Escuela de Pirambú y los sintetiza. A partir de ahí la pintura de Chico es un universo único, todavía de varias dimensiones. Rico, cada ángulo de observación posibilita muchas lecturas. No podríamos decir que es un mundo totalmente nuevo, porque en las obras de este periodo nuevamente se puede reconocer el universo que deslumbró a Chabloz, sea por la fuerza de las obras como “El Ángel”, de 1980, “El Bicho de las Selvas”, de 1981; o por la clamorosa poesía de “Tortuga”, de 1979, y “Casa de Abejas”, de 1981; o por la sorprendente imaginación de “Bicho de las Penas” y “Cabeza de Mujer”, ambos sin datar; o por la magnífica composición de “Dragón de las Profundidades”, de 1981.

Esta muestra, ahora presentada en el “Mercat Vell” de Sitges, con obras recolectadas en colecciones particulares de Fortaleza, es una oportunidad singular de bucear en el universo enigmático y fantástico de las pinturas de Chico da Silva, artista único que merece ser analizado.

Entretanto, continua existiendo una deuda de la comunidad intelectual y de los responsables de la política cultural de Brasil para con el artista Chico da Silva. Es necesario que se rescate su obra. Es urgente realizar un registro completo de sus pinturas y de sus discípulos como modo de preservar para la posteridad ese momento único del arte brasileño y permitir la realización de estudios más profundos sobre la vida y el arte de este pintor que indiscutiblemente subvirtió los métodos convencionales de creación artística, que nunca se dejó llevar por la pequeñez de la provincia donde vivía y mostró a Brasil la posibilidad de poder hacer arte sin dejarse llevar por patrones importados.

Su obra también necesita un análisis complejo en virtud de múltiples conjeturas donde se desarrolló y de las interferencias sociales que sufrió. Lo cierto es que, en un análisis con más criterio de la obra de Chico, que todavía está por hacerse, principalmente, ésta necesita ser conservada. No se puede negar en la obra de Chico riqueza estética poco común y una multiplicidad enorme de sutilezas que merecen ser observadas por quien desea analizarla. El subvierte las técnicas convencionales de aplicación de las tintas, de la ocupación del espacio, de la mezcla de colores. Confunde al espectador con su universo temático. ¿Será que él pinta animales fantásticos o fantasmas de una realidad presente?

De toda esta historia, aquí apenas contada por encima, lo importante es que la obra de Chico da Silva merece quedar para las futuras generaciones, porque es grande en alegría y rica en colores y belleza, como él mismo afirmó: “Mi pintura es mi propio lenguaje. Sobre el sentido de la alegría que siento, es grande, y sobre la belleza que veo en el matiz de los colores, es rica. Lo que sale de mi corazón es rico y bonito; Yo que soy feo y pobre”.


Texto: Roberto Galvâo (comisario).