sábado, 7 de agosto de 2004

Exposición CARLOS COSTA. Sitges








PINTURAS, CARLOS COSTA (Segovia, 1966).

Como otros artistas, ha mirado el pasado largamente después de sentirlo, admirarlo y aprender su ciencia y ha descubierto que las imágenes del ayer, las imágenes de un ayer revisitado, llevaban debajo de su piel imágenes de un hoy de técnica mixta, con un ánimo cubista, muchas emociones abstractas, alguna veleidad barroca y resultados decididamente pictóricos.

Estos descubrimientos han sido el resultado de una labor de descubridor, de revelador, iniciada desde el escalón más elemental y sustantivo de la pintura, el de la constitución de la paleta, para lo que ha viajado por tierras de Segovia buscando en los areneros, los collados y los caminos los pigmentos terrenales en los que pudiera resplandecer la luz y se armonizaran las presencias simultáneas del pasado y el presente de las imágenes. Nombres como Camino de Orejana o Arenero de Alameda, lugares de donde obtuvo los pigmentos, apoyan silenciosa pero realmente y con toda su fuerza las evocaciones italianas y los silencios holandeses junto a la heterogeneidad matérica y la sensibilidad temporal, uniendo las dos vertientes de su pintura, ayer-hoy, en un mismo trazo artístico.

Jesús Mazariegos escribía: ¿Qué es lo que ha logrado Costa con sus propuestas? Su mirada al pasado desde el presente la limpia de otras referencias contemporáneas porque él abre los frutos artísticos, para desvelar las otras realidades que se esconden en los materiales, arpillera que subyace, materia terrosa que limita o invade, papel que ayuda a fragmentar, a cambiar de dirección las imágenes humanas de medio cuerpo, cabeza o rostros que se extienden sobre el soporte. Abre el fruto artístico para ofrecernos una peculiar visión de la modernidad, visión que el público ha entendido y apreciado... En estos días en los que se respira la sensación de que muchas cosas finalizan, Costa plantea la más radical de las reflexiones y la explica sobre el lienzo en distintos lenguajes. Es una reflexión sobre la gran historia de la pintura: no hay progreso, no es un camino de perfección, no sirve para contar historias, no tiene fin. Costa ha viajado alrededor de la pintura y el final se ha convertido en principio” .

Texto: Adolfo Castaño (ABC 27/05/2000).