ESCULTURA CERÁMICA.
Pepa Jordana (Madrid, 1949) se inició en los territorios fronterizos al mundo del arte al interesarse por el Interiorismo para después estudiar técnicas de grabado y litografía, graduándose en Artes Aplicadas, en la Escuela de la Palma (Madrid), donde ingresó en 1970, para posteriormente trabajar en el ámbito de la restauración de documento gráfico en el Centro Nacional de Restauración.. A principios de los ochenta se decantó por la cerámica tras descubrir la obra de Arcadio Blasco en una exposición en Madrid, abandonando la experimentación con obra gráfica y cambiando el taller de grabado por un taller de cerámica con el asesoramiento de Máximo de Pablos.
Ha sido profesora de cerámica durante 18 años, en centros educativos y culturales de la Comunidad de Madrid y Presidenta de la Asociación de Artesanos de la Villa (1993-95), donde nos conocimos al coincidir en las ferias de artesanía que Pepa Jordana impulsó, como fue la Feria de Artesanía del Jardín Tropical de la Estación de Atocha, realizada en navidad, con periodicidad anual.
Dedicada a su taller de
cerámica desde 1984, amplió su aprendizaje en talleres temporales como La
Bisbal, o pasando tres meses como becaria en la Escuela de Cerámica de
Shigaraki (Japón). Formó parte del grupo inicial de autores que crearon Pau d'Arara y, por tanto, sus obras forman parte del fondo de la galería desde el inicio.
Gracias a la colaboración que mantenemos con la directora del Centro Cultural Ibercaja en Guadalajara, María Dolores García Chavarría, en 1997 pudimos organizar una exposición de esculturas cerámicas de Marciano Buendía -también componente del fondo Pau d'Arara- y en octubre de 1999 coordinamos la exposición de Pepa Jordana que antecedió a la que ahora se muestra en la galería Pau d'Arara de Sitges.
La obra que presenta es un ejemplo de como, lentamente, con el paso del tiempo, la obra que el autor realiza, en realidad, está moldeando a su artífice. En este caso adquiriendo paciencia, ilusión a raudales y una importante seguridad en sí misma. Fundamentalmente estructuras geométricas, de formación arquitectónica. Se puede señalar un grupo de obras en el que homenajea a su apreciada cultura guanche, de las Islas Canarias, con diversos "guerreros", con formas totémicas triangulares y decoraciones geométricas, que junto a una serie de "estelas", con formas circulares, de lenteja, y "sellos" con forma de paralepípedos cuadrados o rectangulares, forman un universo mítico, que invita a la reflexión metafísica.
Otra serie de obras, de construcción más compleja, dentro del aparente minimalismo de las formas utilizadas, generalmente inseridas en el sistema cúbico, presentan diversos tipos de ventanas o escaleras de carácter metafórico, como desvelan sus títulos: "Juego", "Escalera imposible", "Proa", "Una mirada"... Estructuras volumétricas, con aberturas, que permiten expresar, percibir y comunicar todo tipo de sensaciones.
La totalidad de las obras están realizadas mediante refractario y porcelana, creando un juego de contraste, de colores y texturas, desde la luminosidad de la porcelana blanquecina a sutiles tonos conseguidos mediante engobes, que son cocidos en atmósfera oxidante a una temperatura de 1260º C.
Gracias a la colaboración que mantenemos con la directora del Centro Cultural Ibercaja en Guadalajara, María Dolores García Chavarría, en 1997 pudimos organizar una exposición de esculturas cerámicas de Marciano Buendía -también componente del fondo Pau d'Arara- y en octubre de 1999 coordinamos la exposición de Pepa Jordana que antecedió a la que ahora se muestra en la galería Pau d'Arara de Sitges.
La obra que presenta es un ejemplo de como, lentamente, con el paso del tiempo, la obra que el autor realiza, en realidad, está moldeando a su artífice. En este caso adquiriendo paciencia, ilusión a raudales y una importante seguridad en sí misma. Fundamentalmente estructuras geométricas, de formación arquitectónica. Se puede señalar un grupo de obras en el que homenajea a su apreciada cultura guanche, de las Islas Canarias, con diversos "guerreros", con formas totémicas triangulares y decoraciones geométricas, que junto a una serie de "estelas", con formas circulares, de lenteja, y "sellos" con forma de paralepípedos cuadrados o rectangulares, forman un universo mítico, que invita a la reflexión metafísica.
Otra serie de obras, de construcción más compleja, dentro del aparente minimalismo de las formas utilizadas, generalmente inseridas en el sistema cúbico, presentan diversos tipos de ventanas o escaleras de carácter metafórico, como desvelan sus títulos: "Juego", "Escalera imposible", "Proa", "Una mirada"... Estructuras volumétricas, con aberturas, que permiten expresar, percibir y comunicar todo tipo de sensaciones.
La totalidad de las obras están realizadas mediante refractario y porcelana, creando un juego de contraste, de colores y texturas, desde la luminosidad de la porcelana blanquecina a sutiles tonos conseguidos mediante engobes, que son cocidos en atmósfera oxidante a una temperatura de 1260º C.