jueves, 1 de julio de 2004

Exposición RESU GIL. Brieva (SG)








PINTURAS, RESU GIL
. Hinojos (Huelva) 1953.

Cuando la expresión camina por conceptos etéreos se puede llegar a lo inconcreto sobre el realismo de las marismas de Doñana. También se puede expresar la simbiosis entre lo visual y lo soñado a través del color que flota en el soporte de la tela. Pero quizás lo más importante es el trasfondo emocional qeu queda a medio camino entre la figura y el contexto, entre la realidad y la creación personal. Resu Gil acaricia las marismas, los atardeceres, los bosques y las aguas, evita el dramatismo entre lo material y lo etéreo, simplifica el camino y transforma lo evidente en un ejercicio de liberación personal y necesario. 

Seguramente su mundo está más cerca de las formas y colores de sus cuadros que del marco cotidiano de una realidad evidente y compartida. Hay un innegable esfuerzo de convencerse a sí misma de que el mundo es de otra manera, y que esas percepciones de sensibilidad sureña nos son simplemente guiños de colores entremezclados. hay muchas tensiones internas, muchas misteriosas reacciones difícilmente comprensibles. Ese mundo tortuoso y cromático, aflora con la facilidad de un devenir  natural, de reflejos y destellos que ahora son como deberían ser.

Más que un pretexto, la pintura de Resu Gil refleja una necesidad. Pintura sin brusquedades, armónica, elaborada desde la ensoñación y el color. Expresión de un esfuerzo por llevar al lienzo la dificultosa irrealidad creativa. Un camino de luces y sombrasen que los suspiros son más importantes que los trazos y las lágrimas más verdad que cualquier figuración objetiva. En ese proceso de desmaterialización se adivina la generosidad de los anhelos, el protagonismo de la constancia, la pasión por dominar la plasmación de los colores, al explicarse lo inexplicable.

Hay también, una fuerte pretensión de querer volar muy alto, pero con los pies acariciando el agua, el viento, los amarillos intensos de los horizontes de todos los días. Quizás si se liberaran todos los soportes, si todos los colores estuvieran en la más total de las libertades, si todas las formas no fueran la afirmación de nada, sise perdieran todos los miedos a volar a lo más alto, las marismas de Doñana serían el cielo.

Texto: Eliseo de Pablos..